El reto al que nos enfrentamos las clases populares, sus organizaciones sociales, políticas y sindicales, debe ser abordado desde la conciencia de que las medidas capitalistas se van a traducir en una debacle social, en un desplome de la calidad de vida y de la esperanza de vida. Es hora de apostar por nuevas formas de lucha, así como de relanzar y reformular las viejas.