Un 20 de enero de 2008, hace ahora más de diez años, Puyalón de Cuchas decidía separarse definitivamente de Chunta Aragonesista. De esta forma se acababa una fase de tratar de reformar una CHA que iba caminando hacia una deriva liquidacionista en términos ideológicos y organizativos.
Un recorrido de una década parece muy poquico, apenas se puede coger cuajo histórico o cierta influencia social en una periodización tan escasa; Puyalón no lo ha logrado en el sentido hegemónico pero sí que ha creado las bases para la articulación de un movimiento independentista de izquierdas en Aragón. El objetivo de conformar un espacio político propio se ha ido realizando en esta década, lentamente; si esa herramienta es útil en la actualidad, es el debate que más nos preocupa en estos momentos.
A nivel generacional, Puyalón ha servido para plantear estrategias y construir un movimiento aragonés alrededor de dos ideas básicas e innegociables (independencia y socialismo). En estos diez años, se ha pasado por diversas fases, desde ser una corriente de opinión a un movimiento sociopolítico, y de ahí a su configuración como partido. Desde que se aprobaron las bases fundacionales en el otoño de 2009, los cambios organizativos han sido numerosos, consecuencia de la riqueza ideológica de la militancia, pero también de la reflexión sobre como mejorar lo que no se estaba planteando bien.
Nuestros compañeros de viaje han sido variados, siempre teniendo los referentes claros (en el ámbito nacional y en el internacional), para no volver a cometer errores del pasado. El papel que jugó inicialmente el Bloque Independentista de Cuchas sirvió para acompasar el movimiento en una situación compleja. 2008 era el inicio de la crisis especulativo-financiera, un ciclo de lucha y cambios rápidos, que exigía de análisis adecuados ante la horda neoliberal.
Nacimos para vencer, pero sobre todo para incordiar. Se nos estigmatizó con el riesgo de quedarnos guetificados, pero desde 2015 hemos demostrado tener altura de miras y ceder mucho, quizá demasiado. El “purismo“ no lleva a ninguna parte, sobre todo cuando partes desde la minoría. Paradójicamente, no supimos valorar en toda su intensidad la irrupción del 15-M y toda la emergencia política que vendría después. Tampoco teníamos un aparato electoral tan solvente como para exhibirnos en unas elecciones: se participa en las europeas de 2009 (Iniciativa Internacionalista) y 2014 (Los Pueblos Deciden), entre medias, el impasse de 2011, con un histórico concejal en Artieda. Queda el reto futuro de organizar listas propias para comicios nacionales. Otro debate pendiente.
Siempre hemos estado en la diana, no gustamos, somos radicalmente aragonesas, y al españolismo supremacista le hace rabiar, sobre todo en un país en el que gusta negar la mayor, olvidar y pisotear la historia, la memoria de las personas que lucharon. Los peores enemigos siempre están en casa. Y aquí también nos ha tocado jugar en terreno hostil: desde 2008 el auge del nacionalismo español ha ido en aumento, con un colofón autoritario en las exhibiciones del otoño pasado con el procés catalán.
A día de hoy, ante una realidad tan líquida y cambiante no queda otra que volver a reestructurar la organización. Tras un período (intenso) de participación en frentes amplios electorales (2015-2016), no pudimos (ni nos dejaron) tener más incidencia. Vemos agotadas nuestras esperanzas en espacios de confluencia diversos -en Zaragoza, Uesca, etc.-. La temerosa izquierda institucional incumple o deja hacer, quedando en papel mojado muchas de las cuestiones que son parte de nuestro ADN político (laicismo, disolución de la UAPO EN Zaragoza, Averly, Torre Ebrosa, oficialidad del aragonés y catalán…).
En el “haber“ de la organización quedan todavía muchas cuestiones pendientes: la construcción de movimiento popular como base de todo, superar el cortoplacismo que absorbe y quema al entorno, y por supuesto, sembrar en los brotes que germinal alrededor de nuevos conceptos que nos son útiles para empoderar las soberanías del pueblo aragonés -feminismo, LGTB+, vertebración rural, ecologismo-). Todo en plural, sólo así estaremos más cerca de ejercer la autodeterminación. Las siglas son lo de menos.
Daniel Lerín Cristóbal
Secretario General de Puyalón de Cuchas
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