Desde Puyalón de Cuchas nos posicionamos ante la votación en el Congreso de los Diputados de la iniciativa de reforma laboral, que “deroga muy parcialmente” las emprendidas por Zapatero en 2010 y Rajoy en 2012.
La propuesta de modificación de la Reforma Laboral es una farsa en toda regla, pactada con los agentes económicos del régimen y que no responde a los intereses y condiciones materiales de las mayorías populares del Estado español. El carnaval de apoyos y rechazos, sumado a lo que plantea el sindicalismo transformador, nos hace posicionarnos en contra con los siguientes argumentos:
Se mantiene la estatalización de los convenios colectivos, por lo que los convenios sectoriales siguen dependiendo del ámbito estatal. No derogar el marco estatal de negociación significa pasivizar las luchas, además de vulnerar lo acordado en los marcos nacionales-autonómicos, como es el caso del aragonés. No debemos renunciar al Marco Aragonés de Relaciones Laborales -lo que pasa en Aragón, se decide en Aragón-.
En materia de despidos no hay cambios sustanciales en esta nueva reforma. No se recuperan las indemnizaciones de 45 días por año trabajado. Lo que es grave, por la desprotección hacia la clase trabajadora. Igual que los aspectos relacionados con la flexibilización, que siguen dejando a las empresas en una posición ventajosa a la hora de vulnerar los convenios pactados. O el cercenamiento de derechos del personal laboral vinculado a la administración pública, ya que se permite una práctica similar a la de la empresa privada.
Para nuestro Secretario General, Chabier Mallor, “es una reforma ajustada a las directrices de Bruselas, no tiene más recorrido que responder a unas ayudas económicas que solo repercutirán en las grandes empresas”. De la misma forma declara que “se trata de un engaño mayúsculo de este supuesto gobierno progresista, lo que confirma que el único cambio real posible es el del régimen del 78”.