Sin embargo, Puyalón es una organización socialista, y debido a ello comprendemos también que esta cita electoral, por su contexto, merece una atención especial. Uno de nuestros objetivos estratégicos es la creación de un frente amplio que defienda, en las calles y las instituciones a los trabajadores de nuestro país frente a la ofensiva capitalista, recrudecida a partir de 2008. Observamos con ilusión como por un lado se abría el monolítico régimen político surgido de los pactos de la Moncloa y de otro las declaraciones de los líderes de las izquierdas españolas y regionalistas hablando de unidad y procesos constituyentes. Exploramos esa oportunidad, obviando incluso el hecho de que esas fuerzas habían negado la posibilidad a otras fuerzas rupturistas de formar parte de dichas unidades. Si estas no han sido posibles, desde luego no ha sido por falta de interés, generosidad y apertura de miras de Puyalón. Una vez más, los trabajadores de Aragón vamos a tener que enfrentarnos a multitud de papeletas que reclaman como suyas las ideas de unidad y progreso. Desde Puyalón comprendemos y apoyamos las dos corrientes que sabemos que existen en nuestro seno. Por una parte, quienes desilusionados y muy poco representados por las fuerzas llamadas al cambio no encuentran muchos motivos para acercarse a votar a gentes extrañas o a programas, cuando menos, etéreos. De la otra, quien considera que un gobierno en Madrid progresista no es lo mismo que un gobierno en Madrid liberal. Y en consecuencia, ha decidido ceder su voto a propuestas políticas que, quedando muy lejos de representar los intereses del pueblo trabajador aragonés, pueden llegar a servir de colchón de apoyo a las reivindicaciones populares. Tenemos suficientemente claro que, sean los resultados que sean el 21 de diciembre, esta batalla se ganará o perderá en la calle, y que no serán los actores televisivos los que la protagonicen. El 20 no es nuestra fiesta de la democracia. Nuestra fiesta está en la calle.]]>