Cualquier movimiento que tenga como objetivo transformar un sistema que se ha demostrado ineficaz en un país, tendrá que pensar en la madre de todo lo proceso obrero proletario: “la Industria”.
Podríamos hablar mucho; cooperativismo, economía dependiente, sociedad industrial,… y podríamos seguir con “federación de trabajadores o sindicalismo”. Son debates que dentro de una organización como Puyalón se tratan a fondo con conciencia de clase.
Esta vez la vertebración industrial en Aragón y las políticas de impulso están de plena actualidad. Nada más ver como la D.G.A ha desviado 73 millones de euros del “Plan Impulso” para pagar las nóminas y no para combatir el desempleo y reactivar la economía aragonesa.
La estructura industrial de Aragón no cambiaría mucho con esta partida, pero sí podría rebajar las consecuencias de una red industrial olvidada conscientemente durante siglos por las políticas estructurales españolas.
Si cuando el americano William Foote se pasó por Mondragón para estudiar en vivo los procesos cooperativos y la estructura industrial del alto Deba, se hubiera tropezado con Aragón, seguro que lo hubiera usado como ejemplo opuesto, de país en el centro de Europa y con menor índice de inserción industrial.
Desde el españolismo siempre se ha comparado la situación de Aragón con la de nuestros vecinos: País Vasco o Catalunya. Un discurso confrontador y manipulador que muchos intentan explicar mediante unos supuestos beneficios españoles a lo largo de muchos años. Beneficios sin los cuales, unos de los países más desarrollados de Europa, ahora no serían nada y usados como vacuna de sus perversas ansias separatistas.
Si tomamos el ejemplo de la industria gipuzkoana o bizkaina, con ancestrales orígenes en sus minas de Hierro y puertos, al igual que Asturias (ésta última sin embargo castigada últimamente por el desempleo y desindustrialización). Vemos como sus ferrerías que aprovechaban los saltos de agua, evolucionaron hacia las mejores acerías del Estado. Este hecho no le libró de tropezarse con las grandes crisis del Estado español, todavía con más dureza. En 1986 con la monarquía de Juan Carlos recién estrenada, mientras el Estado español caminaba con un índice del 20% de paro, en la CAV padecían el 27%.
El gobierno vasco, con sus estrenadas competencias tributarias a toda marcha, sabía de la importancia de la inversión en tecnología, desarrollo industrial, y I+D. Después de más de 25 años desde su última gran crisis, toda la soberanía que ha podido alcanzar este pequeño país del norte peninsular, con una ancestral tradición férrica, le ha llevado a tener uno de las mejores estructuras industriales de Europa, con un porcentaje del 15.8% de paro, el 14,9% en Navarra (también con Hacienda propia), frente al 24% del Estado español, el 34% de Andalucía o el 18,7% de Aragón. La comparación con Aragón se agrava al valorar la baja densidad poblacional, la baja calidad de los contratos y la fuerte emigración juvenil .
Cuando hablamos de emigración laboral juvenil en Aragón, a nadie se le escapan las 1.500 aragonesas/es anuales que buscan trabajo fuera del Estado español sin olvidar las que emigran dentro de la frontera estatal. En septiembre de 2014 ya éramos aproximadamente 29.500 las registradas fuera del Estado.
No es una situación aislada, de despoblación laboral general, sino de emigración forzada a la cual el Estado español ha reducido a Aragón durante siglos, más todavía en el mundo rural.
Hace algunas semanas conocíamos la decisión de una empresa vasca Gamesa, con sede en Zamudio y planta en Pamplona, de cerrar la ya caduca planta de Tauste con los últimos 39 trabajadores, en beneficio de la planta de Ágreda (Soria). Poco después, en los resultados estadísticos del desempleo estatal de 2015 conocíamos que Tarazona era el municipio septentrional con el índice de desempleo femenino más alto de España, subiendo del 36%. Una mujer que ha sufrido como nadie el desastre en Aragón.
Son sólo ejemplos del tradicional desarraigo, olvido y desvertebración de la industria española con Aragón. Que no obstante, choca con el pesado mensaje regionalista, pidiendo una salida por el Canfranc. Aquí, la respuesta más impuesta ha sido la de una política victimista que culpe a catalanes, vascos o franceses del olvido al cual Aragón ha sido destinado tradicionalmente.
Las numerosas noticias relacionadas con la posición estratégica de Aragón desde los medios oficialistas, sólo evidencia su posición privilegiada y su falta de medios para vertebración y desarrollo.
El desvío de impuestos hacen imposible el posicionamiento de Aragón en Europa. Una situación estratégica como la de Zaragoza, a 300 km de Toulouse, solo sirve para generar publicidad de “crispación españolista”.
Un título como “Potencial logístico de la ciudad más española de España” de portales como “Globalíder Zaragoza” enseñan una imagen de Aragón, donde “se superará el record de exportación”. Sin embargo vemos la falta de proyectos y la incapacidad de Aragón en llegar a la puerta de la industria europea, Airbus en Toulouse.
Solo 15 pequeñas empresas aragonesas en estos momentos facturan (que no beneficios) alrededor de 40 millones de euros a la mayor industria de Europa. A apenas 190 km de Bielsa, pero con una red de comunicaciones nefastas que no ve en el túnel de Vielha (administración del Estado español en la vertiente norte) ninguna alternativa a la excusa españolista del “Somport”.
[caption id="attachment_4701" align="alignright" width="269"] Foto: Camión leridano bajando por el Valle de Arán hacia Francia después del túnel de Vielha.[/caption]No obstante, continuamos viendo cómo industrias comunicadas a más largas distancias llegan a Toulouse sin ningún problema. En especial, y continuando con el ejemplo, vemos como una treintena de empresas vascas trabajan en el nuevo modelo Airbus A350 XWB:
No es que las comunicaciones sean el mayor problema, que también lo es, sino que a inversión ridícula de I+D con que España somete a Aragón, y los esfuerzos de inversión en certificación que demandan las grandes compañías europeas como “Airbus” nos dejan todavía más lejos de los 190 km que separan Bielsa de Toulouse. Zonas industriales como Monzón, Binéfar o Barbastro no pueden permanecer siempre a la espera de los restos de unas ayudas, ni a la espera de la reactivación del mercado español.
La soberanía y el derecho a decidir no es solo una filosofía o una utopía, es una realidad sin la cual Aragón nunca podrá participar en la Europa industrial y geográfica.
En otras cuestiones como el presupuesto del Instituto Cervantes y los recortes en cultura ya analizamos la reducción de un 25% en inversión de I+D del M. Ciencia del año 2011 al 2012. También sabemos que el Departamento de Industria representó en 2013 un 1,65% de los presupuestos del Gobierno de Aragón. Mientras, se sabe que en 2012 el presupuesto de Industria e Innovación fue de 110 millones de euros y en 2013 de 87 millones, lo que es una caída del 21%, a la cual hace falta agregar un 28% del presupuesto que dejó de ejecutarse para cumplir con la deuda y el déficit 0, exigido por el gobierno español.
Por hacer comparación, en 2013 se invirtió en la C.A.V. 1328 millones de euros (2,09% de su PIB), a lo que haría falta agregar las inversiones y subvenciones de sus respectivas diputaciones forales. Por su parte, Navarra tuvo un presupuesto de 1,79% de su PIB, 317,2 millones de euros. Los dos en años de recortes.
A la vez que estos recortados presupuestos vemos como ha habido un desvío de un 400% en las obras del recrecimiento de Yesa, alrededor de 400 millones de euros con la oposición del pueblo, de la naturaleza y la seguridad. Durante el último siglo, los regadíos privados han sido la única industria permitida y empujada económicamente por el españolismo en Aragón. La gran herramienta histórica dedicada a la extracción de los recursos propios.
Puyalón de Cuchas
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