No es este un primero de mayo más, una manifestación más, ni un año más. Es un día en el que volvemos a encontrarnos al lado de las hermanas anarcosindicalistas. Nuestro discurso, método y metas a medio plazo divergen con el suyo. Pero compartimos lo fundamental: nuestra lucha por un mundo libre hecho de personas libres, y la honestidad, ética y agresividad que exige ese objetivo.
No debería ser una manifestación más. La crisis estructural del capitalismo y de las instituciones burguesas ha conseguido el descrédito y rechazo a este sistema del pueblo trabajador aragonés. Recientes estadísticas del CIS español cifra en casi un 60% la población que desea acabar con el capitalismo. Este es pues un cruce de caminos que determinará el desarrollo de las próximas décadas. Aragón debe empoderarse urgente y decididamente. En la papelera de la historia quedaron las palabras vacías, las falsas promesas y la conciliación con el enemigo. Las 150,000 trabajadoras en paro, los desahucios, las hordas de vecinos rebuscando comida en la basura, los dependientes abandonados a la muerte o a la miseria seguras o la masiva emigración forzosa de nuestra juventud son el acto violento más repugnante y vil imaginable. El enemigo no nos deja dormir, no nos deja soñar, y, si les dejamos, no nos dejará vivir.
Ha llegado el momento de comenzar a andar el camino correcto. El camino que nos lleve al marco aragonés de relaciones laborales, que derogue las reformas laborales, que nacionalice y ponga bajo control democrático tanto bancos como grandes empresas y todos los sectores estratégicos para el país. Y que expropie a burgueses, rentistas y terratenientes. Esa es la salida a la miseria generalizada. Y es eso precisamente a lo que se opondrán con todas sus fuerzas tanto la burguesía como sus herramientas de distracción en forma de PSOE, CHA, UPD, IU, CCOO, UGT u OSTA..
Somos las trabajadoras aragonesas las que debemos empujar la historia en la dirección de la justicia social. Y lo vamos a hacer con todos los métodos a nuestro alcance. Llamamos a ocupar fábricas y campos, a señalar y castigar al enemigo, a no asumir la moral hipócrita de quienes llaman violentos a los mismos a los que esclaviza. Llamamos a las calles, a las barricadas, a los escraches y a todo acto dirigido a que el miedo lo sienta el enemigo, y no quienes lo conocemos de hace siglos.
Como cantaba aquel, ya solo nos quedan la rabia y los sueños. Pero esos sueños son cada vez más ricos, concretos e ilusionantes. Y esa rabia carga cada día mas fuerza en nuestras voces, pero también en nuestros puños, dientes y piedras.
Ningún burgués es inocente.
Entalto a luita obrera.
Entalto Aragón libre, socialista y feminista.
SOA-STA
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