Apoyamos algunas de las demandas que se están realizando desde el agro aragonés y estatal, pero puntualizando algunas cuestiones:
1. La culpa de esta situación viene dada por el sistema capitalista, con sus Tratados de libre comercio impuestos desde el neoliberalismo (productos que se importan en la UE que no cumplen las mismas condiciones que en el espacio comunitario), y que además ha provocado una crisis/emergencia climática que afecta a todas.
2. No se puede hablar del campo en general, si no de los campos. Situaciones plurales en las que hay desde fondos de inversión y oligopolios de agricultura intensiva hasta pequeños productores locales. En Aragón la agricultura familiar sólo representa el 20% de la renta agraria final.
3. Como es un sector estratégico lo razonable sería la socialización de los medios de producción, el fomento del cooperativismo y en todo caso la regulación inmediata en los precios de origen y consumo final. La especulación de los intermediarios es algo que viene pasando desde hace décadas. La alternativa es el poder popular.
4. La agenda 2030 no es la panacea, pero sí una hoja de ruta razonable. Las críticas negacionistas auspiciadas desde la extrema derecha y los posfascistas han impuesto un marco lesivo e imaginario para este sector. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible plantean duplicar la productividad agrícola, aumentar las inversiones en infraestructura rural o corregir las distorsiones comerciales en los mercados agropecuarios mundiales. ¡Una locura!
5. No olvidamos a las de abajo. Se trata de un sector que se sostiene con precarización por parte de jornaleros y trabajadoras a tiempo parcial. Migrantes y en muchos casos, empleo femenino. Los abusos en este sentido se han dado siempre. Con lo que no hay que invisibilizar la lucha por unas condiciones laborales dignas.
6. Queremos una transición ecosocial que garantice la soberanía alimentaria de personas y territorios, que permitan el relevo generacional y que empujen a que el campo sea del que lo trabaje, no de empresas agroespeculativas que nos llevan al colapso. Y esto afecta a todas. Soberanías, socialismo y defensa del territorio.