Los excelentes resultados cosechados por la coalición Ahora Repúblicas (un millón doscientos mil votos, que se traducen en tres europarlamentarios), demuestran que esta herramienta es la única válida para construir espacios de soberanía y en favor de la clase trabajadora en el actual Estado español. De esta forma se le da continuidad al trabajo realizado en las elecciones estatales, la base para generar un “frente popular” que combata al régimen del 78.
Puyalón de Cuchas no presentó candidatura para las elecciones al Parlamento Aragonés; se tuvo voluntad pero los contactos previos no cuajaron en nada sólido, y no era cuestión de presentarse con improvisación. Los resultados que se han dado constatan la debilidad estructural y agonizante del aragonesismo de amplio espectro. Partidos como CHA deberían iniciar una reflexión profunda, ya que lentamente van dilapidando cualquier opción de transformación real en clave de país.
A nivel municipal, el resultado de las diferentes confluencias, ha sido desastroso. Los espacios electorales que se generaron hace cuatro años han quedado arrasados. Desde Puyalón llevábamos tiempo advirtiendo de esta situación. El divide y perderás se ha mostrado tristemente rotundo en cuidades como Uesca o Zaragoza. Este escenario tiene culpables con nombre y apellidos, la actitud de Podemos vía Nacho Escartín o la calculadora cortoplacista de IU. La falta de humildad se paga, además de no haber sabido construir un movimiento popular que sostuviera el ciclo de gobierno que acaba de liquidarse.
Tras este intenso ciclo electoral y en espera de los pactos de gobierno, no auguramos un buen escenario para Aragón. Entre el continuismo socialreformista del PSOE y el “trifachito” ultra, apostamos por trabajar en la calle, en los pueblos y en los barrios. Aprovecharemos para ser la voz de propuestas en el Congreso o en la Unión Europea, pero sin olvidar nuestras prioridades. Debemos armarnos de ideas y estrategias para combatir el españolismo intransigente: Vox odia Aragón, quiere un país sumiso, su entrada en las instituciones es toque de atención para toda la izquierda que se siente antifascista.
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