En el tema patrimonial llevamos más de un año publicando fichas, de patrimonio desaparecido, en peligro o emigrado, éste último sin distinción de dónde esté, sea Cataluña, Madrid, Estados Unidos o cualquier otro sitio. Desde nuestra óptica internacionalista y solidaria, no empleamos un tema cultural como ariete político contra ningún territorio.
Rechazamos frontalmente el enfrentamiento Cataluña-Aragón por este asunto. Pedimos respeto por ambas partes. Tanto posturas desafortunadas desde Cataluña que menosprecian nuestra capacidad para gestionar o valorar nuestro patrimonio, como posturas españolistas que de modo oportunista y sin el menor interés por Aragón aprovechan este asunto para cargar contra Cataluña. Lamentamos profundamente que tuvieran que ser las fuerzas de seguridad del estado español, las que se encargaran de sacar las obras del Museu de Lleida, fue una imagen para nosotras muy desagradable.
Sin embargo debemos aclarar, que las sentencias judiciales son anteriores a la aplicación del artículo 155, y rechazamos que se haga uso de esta lamentable circunstancia para justificar la no devolución. El mismo Méndez de Vigo dilató, intencionadamente, dicha devolución, interponiendo un recurso al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, que fue denegado. Además ha realizado un nuevo recurso para que las obras vuelvan al Museu de Lleida. Por lo que hacemos un llamamiento público a la cordura y a solucionar este asunto desde la vía cultural y patrimonial.
Respecto a la problematica de Sixena hacemos alguna matización. Apoyamos la lucha desde hace 22 años del ayuntamiento de Villanueva de Sigena por el retorno de su patrimonio. Una oportunidad además de desarrollo rural en una comarca, los Monegros, deprimida y abandonada por las administraciones aragonesa y estatal.
Por lo tanto entendemos que los legítimos propietarios de las obras es el pueblo de Villanueva de Sigena. Un pueblo que merece respeto. Situado en la comarca de Los Monegros, fuera de la Franja o ámbito de la lengua catalana en Aragón. Por lo tanto y ni aduciendo el proyecto político de los Països Catalans pueden catalogarse las obras como patrimonio catalán.
No es cierto que solo se reivindique el retorno del patrimonio en Cataluña, desde Puyalón, nos remitimos a las fichas de patrimonio anteriormente comentadas. Hay obras adquiridas legalmente, varias de ellas en Cataluña, que no se reclaman. Se solicita en el caso de que fueran adquiridas ilegalmente, como han determinado los tribunales. Las monjas de Valldoreix no tenían poder para vender las obras y menos aún posteriormente a 1923, cuando el monasterio se declara monumento nacional y por tanto no se puede disgregar su patrimonio. Es a ellas a las que hay que pedir responsabilidades y que den explicaciones a la Generalitat. Una Generalitat que debía de haber conocido bien la ley y saber que no podía adquirir esas obras y que además inició en 1998 el proceso judicial para negar al Gobierno de Aragón el derecho de retracto.
Consideramos que ni el Museo diocesano de Lleida ni el Museo Nacional de Arte de Cataluña, están en condiciones de ponderar sobre la capacidad aragonesa de conservar esas obras. EL MNAC ha perdido tres de ellas, incluyendo un valioso portapaz, y hasta la reforma de 1990 conservaba las pinturas murales en un estado totalmente inadecuado. Consideramos expolio la actuación de Gudiol en los años 60 cuando arrancó las pinturas profanas. Unas pinturas que con desfachatez se presentaban como procedentes de un castillo derruido en Lleida. Conservar el patrimonio no incluye la apropiación cultural del mismo, a eso se le llama colonialismo. Por su parte el museo de Lleida tenía 37 de estas obras en un almacén sin exponer y parece que no en condiciones óptimas de conservación. Una muestra de buena voluntad hubiera sido acceder a devolver estas obras. Para rematar el asunto perdieron una de las 44 obras, una Inmaculada del siglo XVIII, descubierta la pérdida ahora cuando se perdió en 2012. Afortunadamente esa pieza ha aparecido y debería devolverse como las otras. Tampoco entendemos que se pongan tantas objeciones a su devolución aduciendo su delicadeza, viendo estos antecedentes y que estas obras han viajado al otro lado del Atlántico.
La Iglesia debería agradecer el dinero público invertido en Sixena y abrir a la sociedad el disfrute de este conjunto monumental. En vez de hacerlo se inmatricula edificios y deja de pagar el IBI. El patrimonio es para toda la sociedad. A la vez criticamos la dejadez que ha tenido el gobierno español con Sixena durante décadas. Tuvo que ser la DGA en 1988 quien empezara a ocuparse. Una DGA que aún valorando la gran cantidad de patrimonio que debe abarcar, deja que desear en su gestión del patrimonio. Esperemos que este asunto sea un cambio de rumbo y no se repita la pérdida de patrimonio por dejadez o por complacer intereses privados. Pedimos la misma determinación para intentar por todas las vías el regreso del patrimonio en Madrid y en otros lugares.
Aragón en su conjunto sufre un expolio global, cultural, demográfico, de recursos naturales y de su historia. Una asimilación colonial y aculturación que ha provocado la falta de autoestima de nuestro pueblo y el desconocimiento de nuestro patrimonio. El gravísimo problema de la despoblación, motivado por políticas estatales, también es clave para el declive y abandono del patrimonio, incluyendo el oral y popular. Activemos nuestro rico patrimonio como vía de desarrollo de nuestro país y para reconciliarnos como pueblo. 
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