La localidad de Cetina celebra la Contradanza la noche del 19 al 20 de mayo en honor a San Juan Lorenzo. Según la tradición local, San Juan Lorenzo fue un franciscano martirizado en 1397 en la Alhambra de Granada, por un supuesto rey “moro” llamado Mahomet.
Se trata de una danza nocturna, de más de dos horas de duración, en la que ocho hombres, dirigidos por un diablo vestido de color rojo, forman cuadros o mudanzas, alumbrándose con antorchas. Los trajes son negros con adornos blancos y llevan caretas para cubrir la cara. Además, portan teas de papeles enrollados y ejecutan danzas acrobáticas de enorme dificultad. El jefe del dance (el Diablo) es el que ordena el cambio de una mudanza a otra, gritando su nombre. Al final, se teatraliza su ejecución entre gritos y lloros y se pasea su “cadáver” por todo el pueblo, gritando “¡Viva San Juan Lorenzo!”.
La Contradanza la forman diferentes mudanzas realizadas son siempre coronadas por el Diablo, que no es un ser maligno sino un danzante burlón. Estas tienen diferentes nombres y podemos agruparlas en tres grupos:
Figuras mitológicas, como el Dios de las Aguas.
Figuras laicas, como los Arcos, los Estribos, los Banquillos, la Fuente o el Surtidor.
Figuras religiosas, como San Juan Lorenzo, la Virgen de Atocha, San Pascual, San Miguel, la Purísima, el Calvario, la Resurrección.
En la única figura en la que aparece el Demonio propiamente dicho es en la de San Miguel, en la que el Diablo hace de San Miguel para matar a Lucifer, interpretado por uno de los contradanceros.
En su estructura actual en la Contradanza se mezclan elementos anteriores al cristianismo, provenientes de antiguas danzas del plenilunio, como el ritual de algunas culturas ancestrales de sacrificio al jefe, con bailes de salón propios del siglo XVIII. Esta mezcla de ritos y danzas de diferentes épocas, seguramente fue cristianizada y musicalizada en el siglo XVIII, para adaptarlo a un peculiar homenaje a San Juan Lorenzo.
Se trata de una fiesta de carácter totalmente excepcional tanto en Aragón como en su entorno, no existiendo nada que pueda parecérsele. Posiblemente, el primer testimonio de esta fiesta sea un texto de Estrabón en el que describe cómo los celtíberon danzan con fuego a la puerta de sus casas. El gobierno de Aragón lo declaró Bien de Interés Cultural Inmaterial en Aragón en 2012.
La dificultad de las mudanzas, la escasa población de Cetina (unos 600 habitantes) y la poca promoción hacen que la continuidad de este dance esté en peligro.
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