Es la tabla central del retablo mayor de la iglesia de Santo Domingo de Silos de Daroca (Zaragoza). Es una de las obras más impresionantes del período gótico por su gran tamaño y la monumentalidad con la que está tratada la figura del santo, haciendo de esta pieza una de las más perfectas del fin del estilo hispano-flamenco. El retablo fue desmantelado tras un incendio sufrido por la iglesia en el siglo XVIII. El Museo del Prado adquirió una de las tablas laterales permaneciendo la otra en una colección privada.
El marco es original y los largueros góticos son un depósito del Museo Arqueológico Nacional de Madrid
En su ficha del museo del Prado indican de esta obra: “recogido por Saviron para el Museo Arqueológico Nacional, 1869-71; ingresó en el Museo del Prado, por permuta, 1920”. El propio Saviron afirma que fue “incautado”, y no “recogido”, por orden del Gobernador de la Provincia de Zaragoza para el Museo Arqueológico Nacional. Lo mismo ocurre con otras obras en poder del Museo Arqueológico Nacional. Este que afirma son “donaciones” cuando Saviron cuenta su incautación por parte del Gobernador Civil. Hay que destacar que una pieza procedente de la misma incautación no aparecen entre el actual listado de fondos del Museo. Esta obra debe volver a su lugar de orgen en propiedad del pueblo aragonés.]]>