Cuando se recorre el andén de la Estación Internacional de-Gara Internacional Os Aranyons- una mezcla de rabia e ilusión hacen recordar la archiconocida frase “si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”, atribuida al físico Albert Einstein pero que bien podría formar parte del ‘refranero popular del siglo XX’.
Y es que la situación de ésta línea ferroviaria internacional parece anclada a un bucle sin salida. Todo el mundo apoya su reapertura, pero nadie hasta la fecha ha tenido suficiente voluntad para llevarla a cabo. La sociedad aragonesa sabe bien que el “hombre blanco hablar con lengua de serpiente”, y que las promesas de los políticos aragoneses y españoles tienen la misma credibilidad que la de un ‘tesorero popular’.
Hemos conocido compromisos gubernamentales de todo signo, promesas fechadas, unanimidades parlamentarias, asignaciones presupuestarias incumplidas, y declaraciones solemnes durante las últimas décadas, pero el canfranero hoy sigue traqueteando a un ritmo de otro tiempo conectando sueños y alejando realidades. Sin embargo, una pequeña pieza de este gran puzzle ha cambiado en las últimas semanas. Un aragonesista, José Luis Soro -Presidente nacional de CHA-, ocupa la cartera de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda en el nuevo Gobierno de Aragón. Un ejecutivo presidido por el orgullosamente españolizante Javier Lambán.
Quizá sea optimista pensar que este pequeño cambio sea suficiente para hacer algo distinto que implique resultados diferentes, pero Soro tiene sobre su mesa ministerial la oportunidad de reabrir la línea internacional de Canfranc, y para ello deberá aplicar todo su esfuerzo en la gestión, e innovación en el diseño de una estrategia, que culmine con la reapertura del canfranero en el 2020. Le deseo suerte en la tarea, pues de su trabajo depende que nuestro país, por fin, vuelva a tener una comunicación ferroviaria internacional que nos acerque al resto de los Pueblos de Europa.
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