Puyalón de Cuchas no presenta candidatura propia para estas elecciones nacionales de 2023. Pero esto que es algo coyuntural, no debe ocultar nuestro trabajo como alternativa política. Lo institucional es necesario pero nunca es lo más prioritario. Por ello, mientras algunas formaciones insisten en “asaltar los cielos” cayendo en contradicciones en gobiernos con el PSOE, nosotras explicamos nuestra tarea en este ciclo electoral (2019-2023).
En una legislatura marcada por los debates sobre la despoblación, Puyalón de Cuchas ya presentó en 2019 un documento-marco para abordar esta cuestión, que es una consecuencia de la colonización que sufre y paga Aragón desde hace ya unos siglos. Con propuestas realistas, inspiradas en el socialismo y las soberanías. Llevamos a Madrid, gracias a la gente de EH Bildu, una Proposición No de Ley sobre un Ferrocarril Público, Sostenible, Vertebrador e Integrado para todo Aragón. El desmantelamiento de nuestra red ferroviaria es una tomadura de pelo más. Por eso, estamos trabajando ahora mismo en una iniciativa en el parlamento europeo para preguntar sobre la situación de la línea de tren del Canfranc.
El Gobierno de Aragón ha insistido en Castanesa, cuando no nieva, un modelo caduco de pelotazo y especulación. Una auténtica huida hacia delante, muy relacionada con la fallida candidatura a los Juegos Olímpicos de invierno de 2030. Nuestra oposición ha sido firme en este sentido.
La implantación de macroparques de energías renovables ha sido la piedra angular ecocida de esta legislatura. Aprovecharon la pandemia y conseguimos llevar a Europa, gracias a la coalición Agora Republicas, una pregunta sobre esta proliferación incontrolada y el cumplimiento de las Directivas Europeas. Hemos empujado desde los movimientos sociales, en las manifestaciones y dando voz a un atropello que destroza el territorio y que además se está tramitando con claras irregularidades a nivel legal.
El negacionismo de Lambán ante el cambio climático marca todo este desgobierno y el terror de los macroincendios del pasado verano en la Celtiberia desnudó a nuestros responsables políticos. El caso del pantano de Mularroya y el trasvase del Jalón es el ejemplo perfecto de colonialismo y depredación agrocapitalista; también preguntamos a la Comisión Europea sobre medidas que pudiera tomar ante la construcción del azud de derivación y el túnel para trasvasar el agua.
Aragón como objeto del colonialismo fractal, fragmentado e irregular, que se replica a varias escalas. En Malanquilla (Comunidat de Calatayub) lo saben bien, con el proyecto de macrogranja porcina contra el que están luchando y del cual nos hicimos eco.
La paralización del proyecto de unión de Astún y Formigal ha tenido un empuje colectivo desde los movimientos sociales. Por eso nuestra labor ha sido la de acompañar, sin querer ponernos “medallicas” como hacen otros. Hace unos días, recibimos la respuesta requerida a la Comisión Europea, que confirmaba que las ayudas están condicionadas a que no se cause perjuicio ambiental en la zona. Con humildad y coherencia, igual que seguimos alerta con el peligroso recrecimiento de Yesa.
Nuestro eje ideológico de la legislatura ha sido exponer y argumentar sobre la importancia de la soberanía económica a todos los niveles. La inversión en I+D+i (muy por debajo de nuestros vecinos europeos en este aspecto), el frenar deslocalizaciones como la de Schindler o favorecer nuestros sectores estratégicos. Y también la necesidad de tener una hacienda propia para financiar unos servicios públicos de calidad o potenciar el cooperativismo como alternativa al capitalismo de exportación -lo único que le interesa al bipartidismo, la macroeconomía-.
La pandemia de la COVID-19 ha marcado a fuego nuestras vidas estos últimos tres años. Desde el principio sabíamos que la centralidad de los cuidados era lo primordial, como la vulnerabilidad de las trabajadoras de ayuda a domicilio, desprotegidas por el cuatripartito desde aquel infausto marzo de 2020. El colapsismo capitalista derivado de la pandemia no nos dejaba ver que había que construir un sistema social y económico nuevo, con las personas en el centro de todo. Defendiendo la aprobación de una ambiciosa Renta básica, la salud como eje central, la gestión pública de todas las residencias de mayores.
Hemos seguido denunciando casos de patrimonio olvidado, amenazado o expoliado (Casa Susín, en Uesca; Fuerte del Coll de Ladrones, en Canfranc; el fresco de San Bartolomé de Villalba de Perejiles, el Calvario de Santolea, etc.), con nuevos retos como la llegada de Vox a las instituciones, con su intento de borrado de la memoria histórica que no le interesa (caso de la estatua de Abderramán III en Cadrete) o la invisibilización del franquismo por parte de Aragón TV con el callejero de las plazas de España. En esta línea, también hemos solicitado que se retire el nombre de Macanaz al espacio verde que hay en Zaragoza y que sirve de homenaje al encargado de la represión tras los Decretos de Nueva Planta. O que se desmilitarice la gestión de la Ciudadela de Chaca.
La situación de Casa de Mareca es el ejemplo claro de la inacción institucional por parte de la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Aragón, con una dejadez evidente en una torre-palacete que perteneció al Conde de Aranda. La memoria del pueblo aragonés sólo interesa cuando hay que azuzar a Catalunya -caso de Sijena-. En relación con esto, también denunciamos el esperpento del homenaje a Juan de Lanuza V que se perpetró el 20 de diciembre de 2021, cuando sus restos fueron recibidos por las instituciones aragonesas con banderas e himno español.
Aprovechamos nuestra participación en Agora Republicas para llevar al parlamento europeo el uso de fondos comunitarios para el derribo del Seminario de Uesca. Denuncia y acción propositiva, por eso hemos planteado una recuperación de la memoria antifascista en la denominada Línea P de Canfranc. En cuanto a la protección del aragonés y el catalán, llevamos una línea clara como organización política y esto nos lleva a un marco legal de oficialidad, la única forma de garantizar nuestras lenguas minorizadas. La DGPL debería haber hecho las cosas mejor y con consenso, no con los sectarismo de toda la vida.
Por supuesto, hemos seguido en nuestra línea, con las propuestas de Vox, el PSOE de Lambán y otros, para ofrecer ayudas públicas al sector de la tauromaquia. Y en la ciudad de Zaragoza tenemos una postura clara sobre la cuestión del estadio municipal de La Romareda.
Nuestro discurso y principios no han cambiado en lo sustancial. L’Aragón per lo cual luitamos necesita alternativas desde abajo, en este caso municipalistas. Confiamos y apoyamos listas y candidaturas como las de Espacio Municipalista en Teruel, Muel con Rasmia, Pastriz, Lituénigo, Massalió, Allepuz… Quizá, en otro momento, podamos ejecutar una candidatura a las Cortes de Aragón. O tal vez no. Nuestro trabajo está ahí. Con honestidad y coherencia.