El 19 de diciembre de 2012 se informaba de la inclusión de la iglesia de San Pedro de Cenarbe dentro de la Lista Roja de Patrimonio de la Asociación Hispania Nostra.
La iglesia de San Pedro es un edificio de origen románico aunque con modificaciones posteriores de los siglos XVII y XVIII, principalmente.
La iglesia está realizada en piedra sillar, perfectamente cincelada y escuadrada, y su planta es basilical. La parte románica que todavía conserva es un amplio presbiterio cubierto con bóveda de cañón y un ábside con bóveda de horno que comienza a partir de una imposta biselada. Dicho ábside carece de cualquier tipo de decoración al exterior. En origen, el templo poseería coro elevado a los pies, del que solo queda uno de los apoyos. Posteriormente se amplió el edificio, adosando dos nuevas naves -una a cada lado de la ya existente- y levantando la torre campanario, en cuya base se encontraba la sacristía.
Abandonada y en ruinas. Cubierta derruida, vegetación que invade el interior, graves daños en la torre y grandes grietas en el lado oeste del presbiterio.
Históricamente Cenarbe constituyó un municipio independiente hasta que, en 1849, pasó a formar parte (al igual que Aruej) del Ayuntamiento de Villanúa, en un proceso de racionalización administrativa que englobó a pequeños pueblos en otros más grandes.
Según el Diccionario de Madoz acogía en 1858 a 182 habitantes y aparte de la iglesia de San Pedro del s. XII, contaba también con una casa-torreón y como anécdota destacaba la presencia de osos en su entorno. A sus habitantes se les apodaba manzañones.
En noviembre de 1955 Patrimonio Forestal inició apoyándose en un Decreto de 1927 relacionado con la construcción del embalse de Yesa, los trámites para compra voluntaria o posterior expropiación de los terrenos de Cenarbe y el Valle de la Garcipollera. Todo ello para llevar a cabo una repoblación forestal forzosa con pino laricio que frenara la erosión de estos valles y la posible colmatación del vaso del citado embalse y que provocó el éxodo de 400 personas de la zona afectada. El proceso de venta/ ocupación/ expropiación culminó con el decreto 2899/1966 de fecha 10 de noviembre de 1966 y publicado en el BOE de 21 de noviembre de 1966 que declaraba la extinción de la entidad local de Cenarbe perteneciente al municipio de Villanúa, certificando su desaparición oficial.
Patrimonio forestal crea en esta zona, un Coto Nacional de caza en el que introduce el ciervo y que, en 1995, la Diputación General de Aragón convirtió en Reserva de Caza.
Actualmente sólo quedan en pie los restos en ruinas de la iglesia románica de San Pedro, pues el resto de las casas se dinamitaron para evitar problemas con el ganado suelto que tiene forestales en el centro experimental de Bescós de Garcipollera cualquier posible reivindicación posterior de los vecinos respecto a sus propiedades.
Tan solo hallaremos montones de piedras semiocultos entre la vegetación. Lo grave de este asunto es que fue el propio ICONA quien promovió la destrucción de todas las casas de Cenarbe. Unos dicen que para evitar que entraran las vacas y quedaran atrapadas entre ruinas, aunque la mayoría saben que fue para evadir la reclamación en propiedad y vuelta de sus vecinos. Entre dinamita y una máquina bulldozer echaron abajo todas casas, a excepción de la Iglesia. Esto debió suceder hacia 1975-1980 más o menos. Poco después un constructor de Jaca se llevaría varios camiones de piedras con la connivencia del Icona. Los antiguos vecinos quedaron más que apesadrumbrados cuando conocieron todas estas circunstancias, que se repitieron en el resto de lugares del valle de la Garcipollera.
Estos son los nombres de las casas de Cenarbe: Alta (Chametrán), Esteban (Esteben), Manuel, Ladomega (León), Sastre, Marcos, Mariabá, Mingué, Zaborras, Teixidor, Feli (Feliz), Pepa (Margarita), Escolano, Sánchez, Pedro Jusepe, Piquero, Antonino el Cura (el Cura), Chanferrer, Concepción y Cenón.