Esta tipología de bienes patrimoniales no están tan reconocidos como las típicas casas tradicionales, de pizarra, sillería o adobe, que aparecen en cualquier rincón del país (Alto Aragón, Sistema Ibérico, Bajo Aragón, Valle del Ebro). Tampoco tiene la fama de edificios renacentistas como el Palacio de Villahermosa, el Ayuntamiento, Casa Climent, la fábrica barroca de la antigua Universidad, la fachada del XVIII del Colegio de San Vicente o la racionalista Casa Polo. Permanece oculto, invisible, a ojos de turistas y ciudadanos oscenses.
El desinterés llega hasta las bases de datos, ya que el Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés no lo tiene registrado ni documentado. Desde la DGA se realizó un análisis superficial de su importancia, dejando en el vacío a este edificio emblemático del casco viejo oscense. Como siempre, se prima la rentabilidad económica o efectista sobre cualquier otra consideración patrimonial o social. Se trata de una pieza clave en el entramado urbano que rodea a la Basílica de San Lorenzo, en el que urge intervenir. La familia propietaria del inmueble se mostraba favorable a esta protección.
Uesca corre hacia la despersonalización patrimonial, hacia una ciudad anodina con escasos edificios singulares, cuando conserva uno de los cascos históricos más emblemáticos del antiguo reino de Aragón. Esta denuncia que hacemos es para avisar del patrimonio amenazado y que no ocurra como tantas veces hemos visto: deterioro y piqueta.