Recordar la injusticia, reivindicar la dignidad y afrontar el futuro.
El Bombardeo de Alcañiz es un hecho peculiar. Fue un acto de guerra, sí, pero no como cualquier otro. Fue uno de esos actos horrendos que se vuelven más grotescos cuando nadie los reivindica. El olvido y la desmemoria es la peor de las condenas para aquellos que sufrieron el bombardeo y para todas las familias que han tenido que sufrirlo en silencio. Porque cuando una injusticia no es resarcida, a ella se suma también la humillación y la deshumanización de una sociedad que no quiere recordar las víctimas inocentes. Más de quinientas voces, tanto de vecinos de Alcañiz como de héroes antifascistas, reclaman hoy desde las calles de la capital bajoaragonesa que se recuerde su injusta muerte. No podemos seguir haciendo oídos sordos a su llamada.
¿Qué significa el Bombardeo de Alcañiz para el pueblo trabajador aragonés y qué debe significar? Durante mucho tiempo ha sido olvidado, relegado a la memoria de quienes lo vivieron para que las nuevas generaciones no lo tuvieran en cuenta. Pero no lo han conseguido, aquí estamos para recordarlo, para impedir que siga sin significar nada para la memoria de la ciudadanía aragonesa. Es nuestro deber recuperar el testimonio de la historia, que nos cuenta lo que ocurrió en Alcañiz y que no puede sino animarnos a hacer un hueco en nuestra conciencia por aquellos que fueron olvidados. Es nuestro deber llevar a buen puerto la Memoria Histórica, resarcir en el presente aquello que en el pasado fue ocultado.
Pero de nada nos serviría quedarnos ahí, como si la memoria histórica fuera tan solo una placa o un nombre escrito en un libro. El Bombardeo de Alcañiz debe servirnos para entender el papel activo que el pueblo trabajador aragonés tuvo en la lucha contra el fascismo y que por ello fue cruentamente castigado. Porque Alcañiz fue bombardeado por la aviación italiana sin suponer un objetivo militar justificable. Frente a aquellas posiciones que buscan olvidar o una reconciliación con vencedores y vencidos nosotros decimos que no, que ya está bien de seguir enterrados en la cuneta. Por eso el pasado nos ayuda a entender el presente y a afrontar el futuro con fuerza renovada, haciendo de la lucha del Alcañiz antifascista de entonces un referente que toda la ciudadanía debemos seguir para nuestro día a día y para cambiar las cosas.
No reblaremos hasta que se haga justicia y hasta que se reconozca el mal que en Alcañiz se hizo al pueblo aragonés. Hasta que año tras año lo que ocurrió en la ciudad sea recordado en su justa medida y para que no se olvide el legado de los que fueron asesinados.
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