Puyalón de Cuchas saluda el reciente anuncio del acuerdo alcanzado por las principales fuerzas políticas catalanas hecho por el President de la Generalitat de Catalunya sobre la celebración de un referéndum que abre la puerta a la independencia del Principat.
Tras el anuncio hecho por el President de la Generalitat la ciudadanía del Principat de Catalunya ya tiene encima de la mesa una propuesta clara para poder desarrollar pacífica, democrática y libremente su derecho a la libre determinación. Derecho recogido en la Carta de Derechos Civiles y Políticos que aprobó la Asamblea General de la ONU en 1966 y el Estado español suscribió (ignoramos con qué propósito, cuando se ha opuesto a su aplicación continuamente) en 1977.
Sin duda se trata de un histórico acuerdo que cuenta con el respaldo mayoritario de los representantes institucionales del Pueblo catalán (87 de 135 diputados, o lo que equivale a más de un 64% de los mismos).
El acuerdo deja en manos del Pueblo catalán la decisión sobre su futuro estatus político. Esto es, que el propio pueblo se exprese de forma pacífica, cívica y democrática. Se trata de un proceso similar al producido en varias ocasiones en Québec y que el próximo año también tendrá lugar en Escocia. Por lo tanto, no es nada extraordinario y debería ser recibido con total satisfacción por una sociedad y clase política que se autodefinen como “democráticas”.
Desde una organización soberanista, como es Puyalón de Cuchas, se saluda este anuncio y todo el largo camino que finalmente ha confluido en este proceso, como expresión democrática e igualmente se quiere felicitar al Pueblo catalán porque abra un camino hacia la superación de los conflictos políticos de forma democrática y por el acercamiento de la toma de decisiones a la ciudadanía que ello supone.
No alcanzamos a entender cómo alguien que se proclama demócrata puede estar en contra de que la ciudadanía se exprese democráticamente. Ya que la actitud déspota de los principales responsables políticos del estado español (principalmente PP y PSOE, pero sin olvidar IU u otros grupos minoritarios) consagra la negación más absoluta de una realidad social a la que ellos no pueden ser ajenos y de la que son plenamente conscientes: la existencia de una mayoría social en el seno del pueblo catalán que aspira a que Catalunya pueda ejercer su soberanía (independientemente del resultado que de esa consulta se pueda derivar).
La irresponsabilidad de los dos principales partidos del Estado español es, por lo tanto, manifiesta a la hora de superar el mayor problema político que el propio Estado ha tenido encima de la mesa desde la proclamación de la constitución española, allá por 1978.
Desde Puyalón de Cuchas se quiere animar al pueblo catalán a continuar su camino por la senda de la libertad y a que siga adelante a pesar de los numerosos obstáculos que se le van a poner por delante en los próximos meses.
Igualmente, felicitar al conjunto de la izquierda independentista catalana por la gran labor que vienen realizando en los últimos años, y que sin duda ha propiciado con su esfuerzo, trabajo y determinación, el actual escenario en el que poder plantear esta consulta popular.
Es el impulso y empuje popular en Catalunya el que ha abierto esta vía hacia el reconocimiento de un nuevo estatus político y administrativo, y es también el garante del propio proceso. Las ansias independentistas han sido las que han empujado a las instituciones catalanas a afrontar este proceso y son estas también las que otorgarán garantías de que el proceso continúe hasta el final.
En Catalunya han entendido bien el lastre que supone continuar atados a España para los intereses de las mayorías populares, y es el proceso de empoderamiento soberanista el que otorgará a las clases trabajadoras las herramientas para superar el este sometimiento socioeconómico al servicio de una minoría oligárquica que arruina a los pueblos y personas.
Que el pueblo tenga la palabra y pueda hablar siempre es una buena noticia y a ninguna persona que ame la libertad y la democracia le debería asustar. Más bien todo lo contrario. Y es que sin duda alguna, esto es tan solo una etapa más de un largo camino, en el que las clases populares del conjunto de los Països Catalans luchan por construir “una Terra lliure, socialista i feminista”.
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