Aragón un país histórico, en medio de una desgastada Europa que no es capaz de dar respuesta a sus habitantes, y que se encuentra dominada por una Troika, o también entiéndase por un poder oscuro, que maneja los hilos de la sociedad a espaldas de la misma y de sus propios gobiernos, títeres en última instancia de este poder opaco (FMI, BCE, Comisión Europea,…). Está, como es sabido por todas, en la misma situación de crisis que otros países de nuestro entorno. Nos encontramos con un paro que roza el 23% de la sociedad, un paro juvenil entorno al 50% y una reforma laboral que lejos de solucionar este problema, lo que ha hecho es acuciarlo más, dicha reforma constituyó en su momento un torpedo en la línea de flotación de la clase trabajadora, de nuestros derechos sociales y nuestros salarios. Lo único que ha traído esta reforma es una precarización del trabajo.
Aragón debe contar con un marco aragonés de relaciones laborales propio, que dé respuesta a las necesidades y particularidades de nuestro tejido laboral y social, que se adecue a nuestra realidad estructural y poblacional. Sin esta herramienta que nos permita desarrollar políticas laborales hechas por y para las aragonesas no podremos salir de la crisis en la que estamos inmersos.
A la situación de paro hay que sumarle que en el marco de la crisis global, asistimos atónitos a la mayor ofensiva que se haya producido contra el sector público y los derechos históricos de las clases populares llevada a cabo en los últimos 30 años. El gobierno del Partido Popular, como digno representante de la oligarquía española y del capital, aprovecha la convulsión social generada por la crisis para imponer el modelo neoliberal en su versión más extremista. Así podemos observar como paulatina y constantemente sufrimos recortes en todos los sectores que en otra época sustentaban el llamado estado de bienestar.
Día a día podemos ver como se recorta en educación, sanidad, servicios sociales, servicios públicos básicos que son objeto de privatizaciones, degradación o eliminación por parte de los sectores más reaccionarios y ultraliberales de los gobiernos del PP. Favorecen a los sectores privados afines (o directamente participados por familiares, afiliados o simpatizantes) ofreciéndoles en bandeja la gestión de estos servicios básicos para degradarlos y mercantilizarlos.
Es en esta misma línea política podemos entroncar también esa deriva centralista, donde se niega la existencia de las lenguas autóctonas del País, apostando por una envestida españolista que anule para siempre las señas de identidad de nuestro pueblo, la españolización de Aragón es, sin duda, uno de los grandes problemas a los que como aragoneses y aragonesas nos tenemos que enfrentar.
Esta es la realidad, el día a día al que desde Puyalón de Cuchas entendemos que debemos dar respuesta, esto implica girar el discurso del pesimismo a un discurso de esperanza de cambio, de lucha por la erradicación y anulación de las bases que han mantenido este sistema, aportando soluciones puntuales y respuestas globales que den al pueblo aragonés un halo de esperanza, en un momento de crisis acuciante.
Luchemos por el cambio social y político con rabia, esperanza y alegría, transmitamos al pueblo aragonés la ilusión por un cambio social y político, que traiga para todos y todas una sociedad aragonesa justa y libre, en un mundo para todos y todas.
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