Cuando el Gobierno español planteó las próximas elecciones del 20 de noviembre, desde Puyalón de Cuchas, organización política de la izquierda independentista aragonesa, llevamos a cabo una serie de consideraciones.
La primera, que coyuntural y estructuralmente, no se da una situación de garantías democráticas que nos hicieran valorar la posibilidad de afrontar estos comicios. En efecto, el sistema electoral – provincias como distrito, partidos subvencionados, ley d’Hont, etc.- es estructuralmente perverso para las opciones revolucionarias de todo el Estado, mientras que la Ley de Partidos y las reformas puntuales que han elevado al 0’1% las firmas necesarias para que una candidatura se presente en una provincia, hacen que unos mínimos de pluralidad, respeto por las minorías yrepresentatividad social se puedan definir como ausentes a día de hoy en el Estado español.
Asimismo, a lo largo del debate vimos que ante todo, no queremos impulsar un programa electoral, sino un programa político; y que este programa ha de ser el que sirva para ayudar a crear un Aragón libre y anticapitalista. Este rechazo de lo electoral viene dado por varios motivos, pero que se pueden concretar en dos; en primer lugar las elecciones estatales (programas, listas, etc.) se desarrollan en las provincias, lo cual lleva a que las pequeñas élites burocráticas de los partidos del régimen seleccionen qué propuestas y qué personas ostentaran la representación de los votantes, en un claro ejemplo de falta de democracia. Su(s) nombre(s), son conocido(s): PPSOE y sus palmeros .
El segundo motivo es que la experiencia demuestra que ante la falta de mecanismos legales o políticos de control de los cargos electos, las bases de un partido experimentan un desencanto y una frustración política que nosotrxs no queremos ni podemos asumir. Así, si la primera consideración era de naturaleza ética y técnica, en este caso el rechazo de lo electoral y la apuesta por lo político es de carácter estratégico.
Y por último, llegamos a la conclusión de que el programa político del que hablamos había de crearse en base a unos principios ideológicos, sí; pero articulados por las bases populares que en este país refirman un modelo socialista para un Aragón soberano, antipatriarcal y respetuoso de su patrimonio y su medioambiente, con una democracia regenerada desde abajo por todos los sectores populares que se identifiquen con estos principios básicos de los que hablamos y que concretamos a continuación para su debate y aportaciones:
Independencia nacional y Autodeterminación, Socialismo, Lenguas y Cultura, Internacionalismo, Lucha y Política Medioambiental y Ecologismo Social, Lucha contra el caciquismo y la especulación, Radicalidad Democrática, Feminismo, y Memoria Histórica.
Concretar durante el periodo preelectoral este programa político demostrará la capacidad que el independentismo aragonés tiene para, desde abajo, autonomamente y desde la coherencia y la capacidad de proposición, construir una alternativa por la autodeterminación y el socialismo al sistema político y económico actual.
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