Pequeño núcleo deshabitado con una valiosa iglesia románica del siglo XII. En agosto de 2006, el ayuntamiento de Villanúa/Bellanuga (A Chacetania, región del Alto Aragón) aprobó un plan especial para Aruej/Aruex, contemplando la recuperación, en lo posible, de dos monumentos emblemáticos como su iglesia románica con su torreón (casa fuerte) y una casa señorial del siglo XIX, construyendo 80 viviendas; con la posibilidad de rehabilitar las que se conservaban. PSOE y PP (los dos únicos partidos del concello), respaldaron la actuación, con posibilidad de instalar talleres artesanos y asentando población. Todo ello pactado con una consultora aragonesa, promotora de estos proyectos.
Este señorío, posiblemente de origen visigodo, es de propiedad particular, y su iglesia que es Bien de Interés Cultural (BIC), protegido por la DGA, está derrumbada en su techumbre, así como la torre defensiva, comenzando este deterioro en 2002.
El valle de Aruej (nombre que se le daba a este señorío) fue el paso principal en el camino de Santiago y desde que dejó de usarse el puerto de Palo por Lescún, como vía principal a Zaragoza, desplazando eclesiásticamente la catedral de San Pedro de Siresa a la de Jaca.
Aruej pertenece a la familia Izuel-Abadía, conocida por uno de sus famosos miembros, César Alierta Izuel, quien sigue teniendo una importante casa, con una posición vistera de Villanúa, adornada habitualmente con banderas de España y donde puede verse su helicóptero particular aparcado en el jardín. Todo esto a pocos metros y en la misma margen del río Aragón que el poblado de Aruej.
Parece que, tras la crisis y la desaparición de esta iniciativa urbanística, ni Ayuntamiento, ni Gobierno de Aragón, ni Diputación de Huesca, han podido convencer a la familia Izuel-Abadía para rehabilitar el poblado. Su estado es ruinoso, algo perfectamente visible desde la carretera, a la llegada a Villanúa, y ya todos los vecinos han asumido su desaparición.
Volvemos a preguntarnos el porqué de esta dejadez en el Patrimonio Aragonés, de nuevo en manos privadas a pesar de constituir un edificio religioso que formó parte del Arzobispado de Jaca y San Juan de la Peña, y con la participación de César Alierta, socio de la familia Yarza en múltiples negocios. La familia Yarza figura entre los accionistas de Heraldo de Aragón y Henneo, desde 1939 (nada más acabar la Guerra Civil, hecho nada casual), y se ha situado como uno de los principales cabezas visibles contra el expolio y recuperación del Patrimonio de Sijena. Por el momento, una vez más, queda demostrado que es el único patrimonio que les interesa por el contenido político de este.
Notas.
En el siglo XI, Aruej fue cabeza de valle l´Arnés. En el XVII, se crea el Arciprestazgo del valle de Aruej, se añadieron a éste, los de Canfranc, Cenarbe y Santa Cristina de Summo Portu.
Durante el reinado de Sancho el Mayor de Navarra, hay una cesión de tierras del término de Aruej al Monasterio de San Juan de la Peña, según unos textos de D. Antonio Ubieto Arteta, en los que indica la concesión de la estiva de Lecherín. En 1137, el censo de población indicaba los burgueses que juraron lealtad a Ramón Berenguer IV, y entre ellos el Sr. Ubieto señala 9 personas de los que 6 tenían apellido aragonés: Blasc, Necons, Garcés, Blasc, Enego y Gali Sanz.
El Valle de Aruej estaba dentro de la jurisdicción del Monasterio autónomo de San Adrián de Sasabe y era el 1202 cuando García de Gudal, obispo de Jaca y Huesca, hizo participación de bienes para asegurar la vida de la Catedral de Jaca y la remuneración de sus sacerdotes. La iglesia de Aruej se encuentra documentada a partir del siglo XIII, en que aparece como rectoría y en el Siglo XVI es Vicaría, según Durán Gudiol. A partir del siglo siguiente, los libros parroquiales de Aruej están en los archivos de la parroquia de Villanúa, a donde fueron trasladados.
Entre la maleza del suelo de la iglesia, a la altura de la puerta, dicen que hay una lápida con la inscripción: ESTA SEPULTURA ES DE JOSEPH MARCOS AZIN Y LOS SUIOS. ANNO MDCCLVI. Parece ser que debajo hay una cripta sepulcral, con bóveda, sobre la cual estaría cimentada la Iglesia.
José Bibián: “Aruej, otro pueblo que resurge del olvido”, Diario del Altoaragón, 06/08/2006.]]>