Poco a poco vamos conociendo más datos que en este 1 de mayo convendría destacar. Datos que afectan en Aragón a la calidad de vida de las trabajadoras, y restringen sus derechos.
Ante una Ley de Vivienda más necesaria que nunca, recién aprobada el pasado 27 de abril, han surgido informes y análisis donde aparecen las llamadas “zonas tensionadas” del Estado. En ella se puede ver como Aragón fue la comunidad donde más creció el precio de la vivienda en el último año 2022 (11%). La vivienda se vuelve a convertir en un lujo y no en un derecho en nuestro país.
Otro dato apareció el pasado 9 de abril: el sueldo medio en Aragón se sitúa por debajo de la media estatal. En 2022 hemos tenido la menor subida salarial pactada de todo el estado con apenas un 2,02%. Este aumento está tres veces por debajo de la inflación media española. Las trabajadoras y trabajadores
aragoneses sufrimos en 2022 la mayor pérdida de poder adquisitivo del siglo.
A las cifras del coste de la vivienda y los bajos sueldos hay que sumar la inflación que ha hecho subir, a cotas inasumibles en muchos casos, la cesta de la compra y la vida diaria.
Estos datos muestran cómo la clase trabajadora aragonesa sigue asumiendo los costes de las crisis del sistema capitalista. Desde Puyalón seguimos aspirando y defendiendo un convenio propio aragonés en una República de trabajadores aragonesa. La falta de soberanía influye directamente en nuestras vidas. Seguimos reclamando políticas decisivas que reviertan estos datos, la Economía social, la inversión en I+D y la inversión pública en empresas estratégicas, a través de un Fondo Público de Participación, son claves en nuestro mensaje.