Puyalón de Cuchas es una organización política feminista, como compromiso de clase, no podría ser de otra manera ya que luchamos por la transformación social y la superación del sistema capitalista como marco de coerción. En este sentido, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (25 de noviembre) supone un altavoz de nuestras luchas diarias, la defensa de los sujetos discriminados socialmente.
La violencia machista (patriarcal) es un problema estructural del capitalismo. Por eso las cifras de asesinatos siguen con su desgraciado goteo (cerca de 700 en los últimos cinco años en el Estado español). Esta lacra es la punta del iceberg, ya que las agresiones sexistas van en aumento, como puede constatarse en los casos relacionados con las fiestas populares.
Las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, así como la Justicia, juegan un papel ambiguo en estos casos, por la falta de recursos, la desprotección hacia las víctimas o por la sencilla razón de que el sistema como corpus jurídico-político alimenta un patriarcado que pretende invisibilizar la dimensión real de esta lacra. Puyalón defiende la completa emancipación de la mujer, ya que es una de las herramientas fundamentales para conseguir un sistema nuevo sobre premisas de igualdad y liberación.
En este sentido, creemos adecuado denunciar la violencia contra cualquier alteridad sexual ya que suelen ir en la misma línea, la negación y represión de identidades que cuestionan el patriarcado, sean gais, lesbianas, intersexo, transexuales o bisexuales. Se trata de una violencia estructural contra el colectivo LGTB+, tal y como ocurre también a diario. La agresión producida en Uesca hace unas semanas confirma esta represión contra cuerpos e identidades personales.
La violencia machista está presente de manera normalizada en nuestra vida cotidiana, con formas muy «sutiles», como la realizada por los mass media, codificando a la mujer, empleando un lenguaje sexista y reproduciendo el hábito del mansplaining -explicar algo de una manera paternalista-. De esta sutilidad, se pasa al acoso y abuso callejero, o en el ámbito laboral a la discriminación en puestos de responsabilidad y salarios.
La vía más sólida para liberar y concienciar se concreta en la educación, tanto en sus aspectos más formativos como en la necesidad de empoderar a todas las mujeres ya que el patriarcado social se encuentra muy arraigado. A nivel mundial, las niñas entre 5 y 9 años dedican un 30% más de tiempo a las tareas domésticas que los niños. Este simple dato confirma que la desigualdad viene de la base y su objetivo es perpetuar todas estas violencias. Existe un patriarcado rural, otro urbano, el político, también el afectivo. El feminicidio es la consecuencia última de todas estas actitudes, y ante eso hay que prevenir, atender, sancionar y erradicar.
Puyalón de Cuchas trabaja para cambiar los patrones socio-culturales, el patriarcado quiere una sociedad sometida, que justifique los tópicos de siempre. La soberanía, colectiva y personal, significa decidir sobre nuestros cuerpos y sobre nuestro destino. Aragón, las mujeres, los sujetos reprimidos, deben empoderar y construir su futuro, porque el sistema nos quiere calladas.
]]>