Puyalón de Cuchas es una organización política que apuesta por el decrecimiento y la sostenibilidad radical. Este modelo supone construir un nuevo paradigma en la movilidad de nuestros pueblos y ciudades, un cambio en el que medios de transporte como la bicicleta han de tener un papel prioritario. Por eso, creemos, que una vez más, la ley y los jueces van por detrás del sentido común. La sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Aragón nos afirma en la idea de que la bicicleta molesta: el debate sobre circular o no por las aceras esconde el miedo del sistema a construir otro mundo, con medios de transporte que no contaminan, no generan ruidos, además de ser baratos para las clases populares.
La bicicleta tiene tres perfiles de usuarios, el deportivo (los cicloturistas de siempre), el turístico (potenciado por los municipios para que los visitantes disfruten del entorno urbano) y el popular (la gente que la usa como medio de transporte para su vida diaria, sean estudiantes o personas que trabajan). Como no se ha producido un cambio de mentalidad, las administraciones observan de forma impotente esa invasión pacífica de bicicletas. El Ayuntamiento de Zaragoza se ha visto desbordado por una situación que no le interesa demasiado, desde el año 2007 hasta la actualidad, esta ciudad ha visto como se ha pasado de tres mil usos diarios en bicicleta a los más de ochenta mil actuales. El servicio municipal Bizi registra doce mil usuarios en estos momentos. Ese crecimiento ha ido por encima de cualquier planteamiento que que planifique y ordene una necesidad que sobrepasa a la administración: de tal forma que llegan las políticas punitivas (multas), de restricción o simplemente de judicializar al colectivo ciclista.
El problema ha estallado en Zaragoza, por cuestiones demográficas, pero afecta a otras localidades del país. En Uesca ya se está diseñando una red de carriles-bici que vuelven a reproducir los errores de siempre (mal diseñados, acaban en puntos muertos, escasa movilidad); en una ciudad en la que yendo a 20 kilómetros por hora se puede abarcar toda su trama urbana. En Teruel están probando con un servicio de alquiler más orientado hacia el turismo, pero que con los fuertes desniveles de esta ciudad provocará su fracaso. El Gobierno de Aragón debería tomar cartas en el asunto y empezar a diseñar un Plan Estratégico de Movilidad urbana e interurbana a nivel nacional.
El poder político juega a lo socialmente correcto, ahora toca restringir el transporte en bicicleta, ya que no han hecho una planificación ordenada del mismo. No es un problema de aceras ni de calzadas, ni de convivencia, simplemente hay que aplicar el sentido común. Las administraciones valoran la bicicleta como un barato folclore que vende la marca verde o sostenible de una ciudad; los y las ciclistas desean tener una red de carriles-bici segura, que comunique los sitios importantes de la ciudad, y además que se cumplan las Normas de Tráfico. El coche es hostil y peligros y eso genera un miedo real al ciclista. De nada sirve exhibir Semanas de la Movilidad o educar a niños y niñas bajo estos parámetros si luego el entorno los va a expulsar del pedaleo.
Puyalón denuncia esta campaña de criminalización contra los y las ciclistas, que se ha ido ejecutando desde diversos medios conservadores. Las multas y los cambios en las normas no deben amedrentar al colectivo ciclista. Otro mundo es posible y esto empieza por cuestiones tan simples como respetar el derecho a la movilidad.
Puyalón de Cuchas
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