Hoy 12 de Septiembre, la organización de la izquierda revolucionaria Occitana, Libertat, y el conjunto de la izquierda independentista aragonesa agrupada en el Bloque Independentista de Cuchas queremos recordar esta fecha tan señalada en el seno de nuestros pueblos.
Occitania y Aragón son dos pueblos que comparten siglos de historia, y es que durante décadas funcionaron como un mismo pueblo. No es de extrañar, dado que la cordillera pirenaica, aunque pueda parecer que los separa en lo físico, en realidad los acerca y propicia que las influencias de los unos sobre otros y viceversa se den en multitud de factores. A día de hoy son muchos los aspectos que compartimos, siendo la historia en común de nuestros pueblos uno de los lazos de unión más importantes.
El 12 de Septiembre de 1213, soldados Occitanos y de la Corona de Aragón libraron ante el ejército francés una de las batallas que habría de decidir el mapa Europeo de la época. Este enfrentamiento, que tuvo lugar en una llanura de la localidad de Murèth, a unos doce kilómetros al sur de Tolosa, fue la última en la que era posible defender la independencia de Occitana de la conquista del rey de Francia. Pese a todo pronóstico, el ejército Occitano-Aragonés perdió la batalla, muriendo en la misma de 15.000 a 20.000 personas, entre ellas el Rey de Aragón, Pedro II.
El desastre en la batalla de Murèth y el posterior tratado de Corbeil (1258) significaron el fin de la relación política de la Corona Aragonesa con tierras de Occitania. Pero no el fin de la relación entre la población de ambos pueblos.
Fruto de las alteraciones de 1591 y los Decretos de Conquista de 1707, Aragón también desapareció como ente política soberana y comenzó a sufrir lo mismo que la Occitania conquistada por los franceses. Una lenta pero inexorable pérdida de su cultura, su lengua, su historia y su identidad como pueblo.
A día de hoy, el Occitano y el Aragonés sufren la discriminación de los estados francés y español. Denigrando las lenguas propias de nuestros territorios y forzando estas a su desaparición. Por otra lado, ambos territorios sufren la explotación al más puro estilo colonial de sus recursos naturales, relegando a la población a simples espectadores de la destrucción de su tierra.
En el 800 aniversario de la batalla de Murèth no sólo hemos de recordar una efeméride de un capitulo oscuro de nuestra historia, sino que ha de servir para reavivar las viejas alianzas de nuestros pueblos. Sólo así podremos enfrentar en común el colonialismo de nuestro tiempo, en la que los antiguos reyes déspotas van hoy ataviados de traje y corbata o participan de la OTAN y el FMI.
Occitanos y Aragoneses han de conformar un frente de lucha que salte nuestros respectivos marcos estatales para así poder articular junto con más pueblos un eje de lucha común. Es hora de rescatar viejas alianzas y encarar juntos un nuevo escenario donde poder ser pueblos libres.
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