La Filología es una Ciencia social que estudia, desde un punto de vista histórico, los documentos escritos, para restablecer de la mejor manera posible esos documentos y el idioma en que son escritos. Aunque antiguamente el concepto se empleaba para toda manera de estudios lingüísticos o culturales, incluyendo gramática y retórica, actualmente y desde principios del siglo XX se emplea en un concepto más restringido, sólo para el estudio de documentos, reservándose los otros campos de estudio para la Lingüística. Un filólogo utiliza el lenguaje, literatura y resto de manifestaciones escritas, puesto que componen la expresión de una comunidad cultural determinada.
Entrevistas como la que en esta página colgamos, atendidas después de la aprobación de la ley de No-Lenguas en las Cortes de Aragón, reflejan el otro grado de desconocimiento cultural y formativo de personas como Mª José Ferrando (PP). La entrevista estuvo hecha por Radio Huesca (Cadena Ser) el último 13 de mayo, a ladiputada del PP y directora de la ponencia sobre esta ley. Personas que alardean de tener el título de Filóloga, pero que incumplen todos los puntos arriba escritos, basando sus postulados y declaraciones en hechos irreales y en textos inexistentes. Seguro de muchas de las universidades europeas suspenderían con muy baja nota a alumnos como Mª José, y a la vez a sus formadores, que según Mª José mantienen y apoyan estos dictados políticamente manipulados.
En el caso del aragonés, no hay ninguna duda de que se formó, al igual que el catalán, castellano, asturiano o gallego, durante los siglos VII y VIII. Mientras transcurría la edad media recibió la denominación unitaria de “lengua aragonesa”, aunque los lingüistas lo denominan “aragonés medieval” o “navarroaragonés”, precursor del actual “aragonés”. La reconquista y expansión del Reino de Aragón llevaría esta lengua a su máxima extensión en los siglos XIII y XIV. Con la Corona de Aragón la Cancillería Real tendría el latín, el catalán y el aragonés como lenguas de empleo, y el occitano a veces.
Personajes como “Chuan Fernández de Heredia”, de la “Orden de San Juan del Hospital de Jerusalén” en Rodas ya escribió un amplio catálogo de obras en aragonés y tradujo algunas obras del griego al aragonés, por primera vez en a Europa medieval. La scripta medieval aragonesa ha llegado hasta nuestros días a través de textos de XII, XIII, XIV y XV.
En tiempos de Chaime I de Aragón “el Conquistador” ya encontramos textos extensos en aragonés como “Vidal Mayor” o documentos del Monasterio de Veruela “carta puebla de Pozuelo de Aragón”(1245).
La oficialidad de la lengua aragonesa se produjo cuando Pedro III de Aragón “el Grande” rompió con el monopolio de la escritura que tenía a Iglesia, en latín, creando un monopolio real en la escritura en romance. Quedando así fijada de manera oficial la escritura en aragonés en el Reino de Aragón. Esta manera de escribir oficial estuvo imitada a grandes rasgos en los textos escritos de la mayor parte del Reino. Así se pasó a no representar apenas localismos o dialectalismos en los textos escritos. No obstante en zonas como la “Extremadura Aragonesa” se continuó escribiendo dialectalismos y localismos del aragonés de la zona, que reflejaban las maneras de hablar, que no de escribir.
Con todos estos conceptos aquí descritos nos queda muy clara la pésima formación o desinformación de la diputada Ferrando, Filóloga de formación, aunque no de profesión. La unidad, historia y existencia de la lengua aragonesa es más que clara. No obstante sus declaraciones y actuaciones han llevado al extremo un de los mayores lingüicidios de la historia de Aragón.
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